En el gobierno de Hitler, el nuevo orden, buscaba el fin de los sindicatos y asimismo decomisar sus posesiones y recursos financieros, al igual que supuso la prohibición de las huelgas y los cierres patronales.
Mientras que en el gobierno de Nasser, los oficiales condujeron la revolución de Julio de 1952 inspirados por seis principios: Primero, eliminar la presencia británica. Segundo, terminar con el feudalismo. Tercero, suprimir el dominio del dinero sobre el poder político. Cuarto, instaurar un régimen que impusiera la justicia social. Quinto, organizar un ejército fuerte. Sexto, establecer una democracia real.
En el gobierno de Nasser, se conoce que la burocracia salida del ejército se ha apoderado de las áreas del poder creando consecuencias como: lentitud en la toma de decisiones, autoritarismo, corrupción.
En el gobierno de Hitler, las asociaciones comerciales de empresarios e industriales de la República de Weimar fueron transformadas en organismos controlados por el Estado.
El gobierno de Nasser siempre ha revindicado el origen islámico de su socialismo, confiriendo un valor religioso al principio del rechazo de la lucha de clases.
Mientras que en el gobierno nacionalista de Hitler, se coordinó la actividad de los bancos, se respetó el derecho a la propiedad privada y se reprivatizaron empresas que habían sido nacionalizadas anteriormente.
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